

La mayor parte de la población desconoce por completo los peligros de la cosmética industrial por ser una de las principales fuentes de exposición a infinidad de sustancias químicas muy tóxicas para el organismo. Son muchos los estudios científicos que relacionan algunas de estas sustancias con todo tipo de enfermedades autoinmunes, alergias o, incluso, cáncer. Entra en nuestra sección sustancias tóxicas para descubrir cuáles son las más peligrosas y sus efectos en la salud.
Pero cuando hablamos de cosméticos, no nos referimos exclusivamente a las cremas hidratantes y nutritivas, sino a todo tipo de productos de higiene que utilizamos habitualmente todos los días y que también utilizan nuestros hijos e hijas. Entre ellos podemos mencionar dentífricos, geles, champús, cremas, aceites, suavizantes y un sinfín de productos cuya publicidad nos incita a consumir y necesitar, pero que incluyen componentes que jamás analizamos en la etiqueta.
Es cierto que preocuparnos por las muchas sustancias tóxicas que nos rodean es desagradable y a veces difícil de solventar. Sin embargo, ser conscientes de ello es el primer paso para buscar alternativas más saludables.
En el caso de la cosmética, esta problemática tiene fácil solución: la cosmética natural. Experimentar con productos naturales como los aceites vegetales, los aceites esenciales, las arcillas u otros ingredientes que, aunque menos prácticos, son muy efectivos, como la fruta, la miel, la sal, etc… es una práctica apasionante que seguro despertará tu interés porque notarás cambios evidentes desde el primer momento. Consulta cuáles son los mejores productos naturales para la piel.